lunes, 14 de noviembre de 2011

El Club del Dragón pretende acabar con nuestras generaciones: la campaña contra el VPH

Hace unos días, la Presidencia de la Nación argentina anunció con bombos y platillos que se incluiría, en el calendario oficial de vacunas y para las niñas a partir de 11 años, la vacuna contra el VPH (virus de papiloma humano). Esto quiere decir que la vacuna será obligatoria y gratuita para todas las niñas de 11 años.


Este virus provoca la inmensa mayoría de los casos de cáncer de cuello de útero (casi el 100%).
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Se trata de un virus extremadamente contagioso, por vía sexual principalmente, pero no solamente (también se puede contraer el virus intercambiando toallas, por ejemplo), con el que el 90% de la población ha estado en contacto alguna vez en su vida, y que tiene más de cien cepas distintas. Solamente unas quince son oncógenas (pueden provocar cáncer).

Las otras provocan verrugas en la piel, las mucosas, etc., y aparte de ser antiestéticas o molestas, no son peligrosas. Se sacan con distintos métodos como ácido tricloroacético, láser o crioterapia (las lesiones provocadas por cepas oncógenas se tratan de la misma manera).

Esta vacuna, dijo Cristina Fernández, citada por el diario La Nación, debería "permitir que con el tiempo se elimine en un 98 por ciento el cáncer producido por el VPH". Perfil, por su lado, la cita diciendo que permitirá "que con el tiempo se pueda eliminar" el virus, que en "98 o 99 por ciento de los casos produce cáncer".

Esta última frase es un poco más acertada, pero en ambos casos, se trata, lisa y llanamente, de una mentira total y absoluta.

En ningún caso la vacuna permitirá eliminar el virus. Ni en un 98%, ni en un 90%, ni en un 80%.

Una de las dos vacunas existentes en el mercado sólo protege contra cuatro cepas oncógenas. La otra, sólo contra dos. Quiere decir que, aún vacunadas con la vacuna que protege contra cuatro cepas, las mujeres se podrán contagiar con las otras cepas oncógenas. Sólo estarán cubiertas en un 70% más o menos.

Pero al recibir la vacuna, es muy probable que esas chicas piensen que están protegidas y no se hagan los controles necesarios (papanicolau -citología- y colposcopía) para verificar que no se hayan contagiado con las otras cepas. Y es posible que tampoco se cuiden con preservativos ("total, estoy protegida"), con lo cual aumentarán los casos de otras enfermedades sexualmente transmisibles (ETS) y los embarazos no deseados.

La inclusión de esta vacuna en el calendario oficial es un debate en muchos países. Por ahora, pocos la han incluido (sólo Estados Unidos, España, Reino Unido y Panamá), precisamente por ese problema.

También hay muchas dudas acerca de sus efectos colaterales. Y tampoco se sabe cuánto tiempo dura el efecto de la vacuna. Si se vacunan chicas de 11 años, es muy probable que habrá que hacer refuerzos regularmente, y tampoco se conocen los efectos de los refuerzos, ni cuándo hay que darlos, ni nada por el estilo.

En los países nórdicos, se ha logrado bajar la tasa de incidencia de cáncer de cuello del útero a casi el 0%, mucho antes de que apareciera la vacuna, con campañas adecuadas de prevención por el método ultra sencillo de papanicolau y colposcopía regulares.

Con un pap por año, no hay manera de desarrollar el cáncer: desde el momento en que aparecen los primeros síntomas hasta el cáncer, pueden pasar muchos años. O sea que haciéndose una citología todos los años, y tratando los síntomas cuando aparecen, es prácticamente imposible desarrollar un cáncer.

Pero claro, con eso no hacemos negocios con un laboratorio que gana fortunas con una vacuna (las tres dosis salen 3000 pesos)...

Es mucho más fácil, y redituable políticamente (aunque es posible que el Gobierno lo haya hecho por ignorancia, influenciados por poderosísimos laboratorios que tienen toda la plata necesaria para hacer lobbying), anunciar que la vacuna será gratuita y que con eso nos libraremos del cáncer del cuello de útero (mortal solamente en el 0,3% de los casos), que hacer campañas y seguimientos adecuados para que todas las mujeres que iniciaron su vida sexual se hagan un papanicolau y una colposcopía regularmente (procedimientos sencillos y, sobre todo, muy baratos... mucho más baratos que cualquiera de esas vacunas).

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