jueves, 12 de diciembre de 2013

Tucumán diseñado por Dios con un destino de reforma.


"¡Los habitantes de Tucumán no pueden llamarse al reposo!", me dijo la Voz del Espíritu Santo vibrando en mi mente, mientras oraba esta mañana por esa provincia bendita. Y es que después de la tragedia social que explotó entre lunes y martes en esa tierra, es urgente que los espíritus de los redimidos que allí habitan se eleven al Señor Jesucristo e intercedan para que ocurran los cambios fundamentales que ese pueblo necesita para ser verdaderamente libre de otras circunstancias semejantes. Todos aquellos que son hijos del Eterno y caminan por ese suelo deberán volcar sus corazones delante del Trono realizando una perfecta autocrítica a la Luz de la vocación a la que han sido llamados.

Todo los que me conocen saben cuánto amo a Tucumán. Fue en esta región celestial dónde el Espíritu Santo me ordenó como profeta a las naciones. Por ello, me sabrán entender y discernirán el sentido profético de esta nota. 

Mi alma se contristó en gran manera cuando a través de las informaciones brindadas por los medios nacionales, veía a esta tierra sucumbir ante el caos, la anomia, la delincuencia y la desesperación. Pero más tristeza me causaba el discernimiento de que todo eso era producto de algo peor: la impericia del Gobierno y la criminal desaprensión de un grupo de policías sediciosos que dejó sin protección a cientos de miles de tucumanos.

Mis ojos se abrieron espiritualmente y logré ver la profunda grieta que se abría entre la gente del pueblo y los que deben hacer cumplir las leyes. Fui llevado a discernir el pulso del ciudadano de Tucumán marcado por los tiros, las armas, la bronca, el miedo y la desazón. Así vi como la potestad de tinieblas de la violencia ha dominado los espíritus humanos que transitan por ese territorio. Por eso se armaron, se encerraron y pusieron barricadas. Al mejo estilo cainita se defendían de sus hermanos hasta la muerte. Las escenas del caos, descritas en Génesis 1:2 sobraban ante la percepción espiritual de lo que se veía; el control producto de la templanza escaseaba. 

El filósofo Hobbes, en su póstuma obra “el Leviatán”, dice que cada ser humano está en continua guerra con los demás, y esta situación es la que vive el hombre en su estado natural. Es de esta obra de dónde ha surgido su famosa frase: “Homo homini lupus” (“El hombre es un lobo para el hombre”) y la ciudad de San Miguel de Tucumán se convirtió en ejemplo vivo de esta tesis cuando quedó sitiada y el estado benefactor devino en un estado destructor y desertor. El abandono por parte del Estado a una de sus funciones esenciales (dar protección ofreciendo cobertura de seguridad y promover la paz) abrió paso a una dinámica social compleja y extraña en la que ondearon dramáticamente la confusión de principios, valores, legalidades y méritos.  Aquel pueblo maravilloso esperaba que lo protegieran y, sin embargo, terminó saqueado. La contratación luciferina que se pretendía de las tinieblas quedó bien cerrada y sellada: la Policía de la provincia se llevó la plata y el vecino de la ciudad se quedó con el miedo usurpando su interior. 


Las versiones mal intencionadas lograban ponerse sobre toda evidencia, hasta pisarlas, y así engendraron en los ciudadanos tucumanos el pánico, contraposición satánica del perfecto amor. A causa de esto he mirado en el espíritu cómo este diabólico efecto no se ha retirado aún del cuerpo y del ánimo de los habitantes de esta tierra, en gran medida porque han sentido en carne propia -en sus negocios o viviendas, en el barrio y entre sus familias- los graves riesgos que generó el abandono del servicio público policial y el oportunismo temerario y dramático de grupos vandálicos que han venido “normalizando” sus prácticas delincuenciales desde hace muchos años. En el barrio un vecino desvalijó a otro. Y eso no se cura fácilmente. 

He visto un cuadro de desolación, hartazgo y desamparo sumiendo a gran parte de la población a raíz de este trance injusto, irrazonable y fuera de toda lógica y sensatez. El daño ha sido mucho más gravoso de lo que se vio, y de aquello que hoy se cuenta. A los muertos y a los perjuicios materiales hay que sumarles la desesperanza, el anti-valor más poderoso que Satanás tiene para destruir un proyecto de vida y fe. La desesperanza el arma específica con la que las tinieblas destruyen mentalmente la noción de futuro.

Hoy, el gobierno y los medios pretenden dar la sensación de que alguien ganó, pero la verdad es que todos los tucumanos perdieron. Aunque el acuerdo anunciado implique la superación del trance, las secuelas y efectos de estos días dolorosos deben ser evaluados seriamente para sacar las conclusiones que permitan evitar otros dilemas, otras crisis.


Siendo argentino he descubierto que nadie quiere hacerse cargo cuando se arrebata el asado y entiendo que desde este detalle de la cotidianidad se puede también sacar una enseñanza para lo trascendental ya que es muy difícil conseguir que alguien asuma su responsabilidad en estos órdenes. Por eso llamo a todo protagonista de injerencia social a practicar la autocrítica.  Les recuerdo que para que una autocrítica sea posible, sirva y nos permita intentar cambiar el rumbo que la realidad nos está señalando como equivocado y despiadado, hace falta humildad, sinceridad. Dejemos de mentirnos, mirémonos en el espejo de la Palabra de Dios tal y como somos. Es la hora oportuna para que aquellos que hemos sido manifestados como siervos que edifican a los santos, revelemos nuestra misión sin ningún tipo de justificativos que traten de explicar la ineficacia hasta ahora demostrada. Ineficacia que surge por habernos atrincherado dentro del redil con aquellas pocas ovejas de YHVH que escuchan nuestra. Es esta errada acción la que merece ser cambiada. Es urgente que nuestros corazones se vuelvan al llamado de YHVH de hacer una reforma que surja del poder de la proclamación que practicaban las primeras comunidades. Una reforma que no juega a admirar a Lutero, ni a colocarse el título de apóstol sobre el pin que antes decía pastor. Una reforma que revelará al verdadero y perfecto amor obrando en los seres humanos. Una reforma que echará fuera al temor y garantizará un destino al que esa provincia está marcada por el Todopoderoso. Un destino que reflejará el gozo de YHVH en el rostro de aquellos que hoy están siendo amamantados por incontables mujeres tucumanas.

Por esa autocrítica que trae verdadera reforma, hoy brindo diciendo: ¡LeJaim! ¡Por la vida!

martes, 10 de diciembre de 2013

Argentina: ¡que no saqueen tus valores!

Argentina luchando contra la descomposición social de sus generaciones.

P.A David Nesher
Mendoza, 10 de diciembre de 2013.

Cuatro imágenes causando el mismo efecto en mi corazón profético. Primero las fotos, subidas a Facebook, de aquel jovencito que orgulloso por haber saqueado el supermercado de su barrio mostraba airosamente su botín. Ésta fue una de las más llamativas. Una de las que provocaron en mí una santa ira profética. La segunda es aquella del robo a cara descubierta por parte del mismo vecino que el día anterior había intercambiado con el comerciante de la esquina saludos para su familia. La tercera imagen del terror es la de quienes intentaron quemar viviendas de sus vecinos porque sospechaban que fueron sus delatores ante la policía. Pero la peor de todas, la que más eleva los grados de indignación humana, es la aceptación, resignada y general, de que un policía puede, en reclamo de un salario mejor, dejar un barrio desprotegido, una ciudad ‘liberada’ y una provincia entera a la buena de Dios. Y es que en mi interior vibra enojada la justa idea de que no hay necesidad que justifique semejante decisión. Es la misma sensación de indignidad que surge cuando vemos que, en las líneas de la sanidad y salud, se abandona a un paciente, en medio de una operación a corazón abierto, para sumarse a una reivindicación salarial y laboral, por más justa y legítima que parezca. No queda duda alguna, a Argentina la saquearon, no de sus bienes materiales, sino de sus valores integrales. ¡Argentina fue saqueada de tal modo que hoy se ha quedado sin principios! ¡El país carece en sus “escaparates” principales (familia, escuela, gobierno, etc.) de basamentos para una moral íntegra y solidaria!

Hace ya un tiempo atrás, leí y me impactó lo que un cura párroco de una villa de emergencia contó acerca de los principios que albergaban en sus pensamientos los niños y jóvenes de aquel lugar. Tomaré aquello para ilustrar mi denuncia profética. Ese varón relató que cuando se les preguntaba a los chicos de esa villa qué les gustaría ser cuando fueran grandes, muchos respondían que querían ser "piqueteros". Hoy, estoy convencido, de que es muy probable que alguno que otro conteste, ante la misma pregunta, que le anhela ser "dealer" o "narcotraficante". Y es que en los últimos años ha sido tan grande la inserción del narcotráfico en distintos poblados pobres de buena parte del país, que el fenómeno está modificando los principios de vida y los hábitos de conducta de todos sus habitantes.

Para ejemplo de esto, mencionaré lo que un informe señala acerca de la existencia de unos 2.500 puntos de venta de droga sólo en la capital de la provincia de Córdoba. Esto equivale a 2.500 familias que viven de la venta de drogas ilegales. De repente, y ante este dato, me di cuenta que sólo con esas 2.500 familias organizadas y lanzadas a la calle se puede generar un caos en tan solo una noche.

Todo nos pasó en el transcurso de una semana, desde que estallaron la rebelión de Córdoba y el apogeo de los saqueos en esa provincia. Día tras día el efecto dominó, fue armando un diseño de un arte repugnante.  Se habla ya de siete muertos y decenas de heridos por los asaltos a los comercios. Una situación de tensión extrema se advierte hoy fácilmente en el rostro de casi todos los funcionarios con responsabilidades ejecutivas a lo largo del país. No queda duda alguna que el gobierno nacional fue un imprudente espectador en las primeras horas del drama cordobés.  Un solo pensamiento surge al observar todo esto: el poder está miope y soberbio.

El rencor social serpentea entre muchos argentinos. Los lazos sociales están rotos y la responsabilidad del ciudadano es hoy, en nuestra nación, una obligación arqueológica. Existen, desde hace mucho tiempo, sectores numerosos de la sociedad que viven en la miseria. Seres humanos que han perdido cualquier esperanza de ascenso social y que han sido programados por el sistema imperante a creer que acceder a un televisor LED sería la única revolución posible en sus vidas. Son incontables vidas humanas que cargan con la frustración de comprobar que aunque muchos trabajen todo el día, al final del año no les termina alcanzando ni para lo mínimo.

Los encargados de pensar políticas y modelos de transformación deberán primero aceptar que en nuestra nación aún hay deudas democráticas. Es verdad que hemos sido testigos de fuertes avances en estos treinta años de democracia, pero, sin embargo, los sectores que no tenían trabajo siguen igual porque continúan repitiéndose aquellas situaciones que le impiden a la gente dignificarse como seres humanos.

Se necesita comprender que la política tiene siempre resultados en la subjetividad, en lo que llevamos como bagaje de ideas, sentimientos y miradas. Desde esto será urgente aceptar que un modelo de rapiña que autoriza los saqueos de recursos naturales y que privilegia a las corporaciones multinacionales, genera siempre una subjetividad de rapiña, saqueo y privilegios. Desde dicha subjetividad todo el mundo cree que puede tomar lo del otro o hacer cualquier cosa para obtener lo que el otro legítimamente ha alcanzado en su esfuerzo previsor.

Para males se suma a todo esto el hecho real de que los medios son parte del problema y no de la solución porque son los hacedores de esa subjetividad. Ellos exacerban el consumo, y la violencia. Ellos hablan todo el tiempo de inseguridad generando así situaciones de miedo. Así, el espíritu de temor liberado desde los medios guía a muchas personas a encerrarse y apartarse de todos aquellos que, a su cosmovisión, son no confiables. Pero, a la misma vez, los medios empujan a otros humanos a no quedarse afuera de la rapiña, y a salvarse de cualquier modo. De esta forma, todo y todos pasan a formar parte de la misma mugre superestructural. La situación de fondo es idéntica y de descomposición en todos y cada uno de los sustratos sociales de la nación.

Ante todo esto observamos día a día impávidos el desarrollo de una etapa de fuerte descomposición de las relaciones sociales argentinas. Miramos atónitos e impotentes la descomposición de la convivencia en cada uno de las entidades fundamentales del país (familia, escuela, gobierno, policía, etc.). Desde el discurso presidencial se nos ha instado una y otra vez a entender que la democracia es el otro, pero eso en la práctica cotidiana no existe. Por el contrario solamente existe el sálvese quien pueda. 

¿Y a quién le atribuiremos todo esto? Pues bien, primeramente a la política del gobierno. Porque ella misma fomenta el mismo tipo de vida en supervivencia: el plan social, la bolsa de comida de la provincia, el reparto de droga, o trabajar para la policía. Y muchas veces todo esto ocurre junto. El común denominador es que la vida ha pasado a no tener valor. Cualquiera se vende, se compra, se corrompe. Toda medida política solamente busca el efectismo. El tema central, y dónde el error radica, no es mejorar, ni mucho menos transformar, sino contener. La gestión errónea es solamente contener, armonizar, todo pegado con moco, pero que sí o sí continúe para adelante. Nadie piensa a gran escala. No se valora el considerar nuestras generaciones futuras. Nadie quiere visualizar lo que va a pasar de aquí a veinte años. 

En segundo lugar, la responsabilidad cae sobre la voluntaria actitud de cada argentino de tender a la descomposición moral de sus generaciones. Es que lo único que se percibe a dónde quiera que la mirada apunte es una descomposición globalizada de lo humano. Justamente esta es la forma vil de sostener lo que hacen los gobiernos y corporaciones del mundo puestas al servicio de la élite luciferina gobernante.  

Todos podemos caer en la descomposición, o elegir vivir y respirar un aire distinto. Un aire digno. Un aire no contaminado por estas cuestiones.  Aquellos que queramos hacer esto, seguiremos peregrinando en la misión de realizar actos llenos del amor perfecto. Lo otro es la pudrición, en el sentido más llano. Lo otro surge cuando se pudren los sentimientos, los sentidos, las virtudes y los principios de lo humano y de la vida. Es en este punto dónde hay que decidir si seguimos con la corriente o nos largamos unánimes a remar en contra de la corriente de descomposición que el Leviatán ha creado en el mundo.

Yo creo  firmemente en aquello que el Eterno me ha revelado. Él me mostró en Su Espíritu que los cambios se avecinan. Y ocurrirán desde ese mar de luces que nacen fuera de la superestructura que conforman hoy el Estado y el mercado. Son las luces que reman contra la corriente. Luces, encendidas en el Mesías, que  revelarán cómo salir de la descomposición y la decadencia que carcome hoy a la Argentina. Un mar de luces que producirán cantidades de situaciones diferentes, de construcción social, de cuidado ambiental y comunitario, de realización productiva, de defensa y ampliación de derechos.

Les dejo pensando en estos lineamientos, y para que el sello de su reflexión se efectivo les comparto este fragmento surgido del ingenio de un uruguayo maravilloso:

"Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.- El mundo es eso - reveló- un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con la luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay gente de fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas; algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende. "
Eduardo Galeano
El Libro de los abrazos (fragmento)


miércoles, 4 de diciembre de 2013

Ricardo Fort: Cuando el dinero chocolatado reemplazó a la sustancia gris

"¿De qué le sirve al necio poseer dinero? ¿Podrá adquirir sabiduría si le faltan sesos?"
Proverbios 17:16 (NVI)


Surgió en la tele como un mediático que quería algo de fama y prensa. Era el hijo de un importante empresario de golosinas de nuestro país. Así y a fuerza de utilizar su dinero logró un lugar en la televisión, en los programas de chimentos. Puso una obra de teatro donde él era el protagonista y estuvo en las tapas de las revistas y en los programas de televisión durante un tiempo.

Hizo de su vida un reality. Se mostró sin filtros. Mostró detalladamente todos sus autos, sus mansiones, sus viajes, sus novias y novios, su vida extravagante, sus operaciones, su cuerpo musculoso, sus excesos. Y en los últimos meses se lo vio demacrado, con serios problemas óseos (en columna y rodilla), abusando del consumo de morfina para aliviar sus dolores.

Repentinamente murió. Y los programas hicieron un réquiem de su vida, y el comentario que todos hacían era el mismo. Este hombre había tenido un montón de plata, lujos y placeres, pero en el fondo, no había tenido nada. En el repaso de sus notas, siempre quedaba un dejo de tristeza y dolor por no ser amado y reconocido. El mediático pagó caro el precio de una carrera tan pobre para un tipo tan rico. Al final de cuentas, la vida es lo único que el dinero no puede comprar.

Si en sus primeras apariciones públicas en televisión, allá por finales de 2009, Ricardo Fort era señalado como un símbolo de la decadencia cultural, con su extravagancia, el placer desmedido por alardear de sus excesos con obscenidad y sin reparos, alentado por un satánico Marcelo Tinelli que lo necesitaba por cuestiones de rating, su prematura muerte, a los 45 años, simbolizó perfectamente el dramatismo decadente de una pantalla que premia y castiga, descarta, y no perdona el fracaso. Es que así como hay cosas que el dinero no puede comprar, también hay productos que ni siquiera la televisión puede sostener: si un artista sólo se mantiene a fuerza de escandaletes y extravagancias, su duración es limitada a la sorpresa de comienzo, el morbo para sostenerlo mediana y mediáticamente en el tiempo, y nada más.

Hay algo en eso de la mediatez extrema que es como un vicio: cuando el efecto empieza a pasar, es necesario recurrir a dosis más fuertes. Así, la primera noticia necesaria (y obvia) fue primero su supuesta homosexualidad. Luego, por fin llegó la nueva que hablaba de su salida del closet. Desde ese momento el largo listado de exnovias (todas mediáticas ellas) que le despilfarraban la fortuna en los mil y un caprichos se convirtió en un largo listado de romances y parejas masculinas que lo querían o le rompían el corazón o la billetera.

Hacía bastante que ya nadie hablaba de Ricardo Fort, salvo él mismo (su narcisismo no lo perdió hasta el final). Sólo convocado por algún exabrupto, alguna pelea esporádica, sus crecientes problemas de salud, sus internaciones, la (mala) suerte de Fort estaba echada y la moneda había caído otra vez del lado del anonimato y la intrascendencia. 

Mientras reflexionaba de este modo viendo los informes  de su muerte y los resúmenes de su vida, me acordé del protocolo gubernamental que Salomón resumió en el proverbio que encabeza esta bitácora. Me dio la extraña sensación de que fue escrito luego de la muerte de este farandulero. Mi corazón reflexionó en lo meditado por generaciones: no le sirve de nada al necio poseer dinero, aunque tenga una fortuna; porque no la sabe aprovechar. 

¡Por favor, no me malinterpreten! ¡Definitivamente, es necesario el dinero! De eso estoy convencido. Es más, sé que el Eterno Dios quiere que estudiemos y que nos esforcemos para superarnos cada día y así trabajar con el objetivo de mejorar nuestro estándar de vida. Lo que también tengo muy en claro es su constante llamado de atención para que el dinero no sea el centro de nuestra vida. Él nos capacita desde su Instrucción (Torah) para que las riquezas no sean una obsesión cotidiana. Esta bien aclarado: ¡el medio no es un fin en sí mismo, sino que es solamente eso... un medio!

El problema es que los tontos se ciegan con el dinero y pierden el sentido. No hay nada peor que un pobre con dinero, se vuelve pedante. No hay nada peor que un rico con dinero, se vuelve presumido y orgulloso. No hay nada mejor que un redimido con dinero, porque va a colaborar y asistir al Reino de Dios optando preferentemente por los que menos tienen.

Sirve tener dinero, pero con entendimiento y discernimiento espiritual, para saber bien de donde viene y como usarlo. La sabiduría divina para el uso y la actitud espiritual para vivir, no te la da una billetera abultada; sino al guía del Espíritu.

Córdoba y su carencia de hombres íntegros


Pleno momento del saqueo. Una imagen simbólica. Un varón corriendo en medio de un supermercado, llevando  en sus hombros una media res. De repente, su mirada se paraliza ante otro objeto que tienta su hambre. Se trata de una TV LED. El hombre titubea. Su hambre no. Es la res o la TV. El dilema acaba rápido. Abandona la red, arrojándola al suelo, y sus hombros se cargan del electrodoméstico tan deseado para sus intenciones.

La escena descripta es una de las tantas que, llenas de violencia, se repetían por toda la capital provincial, de la bonita Córdoba. Los integrantes de la fuerza policial seguían autoacuartelados y los vecinos, junto a los comerciantes de la ciudad, se defienden por su cuenta de los saqueadores específicos carentes de un discurso que justificara sus hechos.

El acuartelamiento de la policía (5 mil efectivos de un total de 22 mil ¿...?) generó consecuencias devastadoras. La ciudad se transformó en tierra de nadie y se cuentan por decenas los saqueos en supermercados y comercios, robos a punta de pistola a automovilistas, y asaltos en viviendas particulares. En medio de todo esto el olor evidente de una organización perfectamente trazada entre ciertas autoridades provinciales y aquellas redes que desde lo suburbano trazan, en el día a día, los lineamientos del narco cordobés. Evidencia de una ciudad que hace años viene siendo liberada a causa de las contrataciones entre los jueces,los  policías, las bandas del crimen y otras yerbas políticas.

Todo tipo de comercios fueron víctimas y las escenas que se vivían eran estremecedoras. Una película bizarra de un futuro inimaginable parecía estar siendo filmada a lo largo de esta ciudad. La gente corría en las calles y saqueaba todo tipo de productos. Mujeres embarazadas arrebataban cochecitos y productos para bebés. Se vio hasta camionetas cero kilómetro cargando mercadería. Sin embargo, todo esto, no es producto de una ficción sino trazada por un libreto de Hollywood, sino que son escenas de una triste y detestable realidad. 

Foto:
Un adolescente carente de bebidas alcohólicas saciando su necesidad.
Comerciantes lloraban por las calles, desconsolados al ver el estado de sus comercios: Una voz llena de ira expresaba: “esto no es hambre, me robaron bebidas alcohólicas y electrodomésticos”, era el grito del dueño de un supermercado que no podía entender la anarquía que se vivía en la ciudad. Los malvivientes no hicieron diferencias a la hora de los saqueos.

En el inicio de esta nota hice una y otra vez referencia al hambre. Pues bien, el hambre inspirador del saqueo cordobés se origina en el materialismo práctico que hoy domina el corazón de los argentinos, alimentado por el hedonismo y el consumismo salvaje. No es la manifestación de estómagos vacíos, sino la de almas humanas llenas de vaciedad. 

Estamos en el mes de diciembre pero del año 2013. Algunos medios, mal intencionados, quieren transmitirnos las noticias sacando provecho del doloroso recuerdo de aquel diciembre del 2001, lleno de escenas de saqueos producto de los años de opresión económica neoliberal. Aquellos saqueos tenían como protagonistas a familias enteras arrebatando todo tipo de alimentos a causa del hambre que muchos de ellos vivían. Hoy, los comunicadores de estos medios monopólicos, hablan de "carentes". Yo tomo la palabra no compartiendo su aplicación. Son carentes sí, pero no de recursos y medios materiales, sino de su dignidad humana. Son carentes, sí, pero no de alimentos, sino de integridad. Son carentes, sí, pero no de empleo, sin más bien de principios y valores. Son amadores del dinero, más que de Dios y su prójimo. En pocas palabras, son carentes de un llamado a ser personas de propósito y destino.

Córdoba, así como la Argentina toda deberá volverse en sí y reflexionar en dónde ha caído. Cada provincia argentina deberá preguntar por el diseño de propósito que tiene escondida en Dios. ¡Argentina deberá volverse hacia el gobierno del Eterno Abba! 

Con amor al Mesías y por mi patria los bendigo.

P.A. David Nesher

domingo, 1 de diciembre de 2013

EL GOBIERNO DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES CORROMPIENDO A LOS ADOLESCENTES


HOY, domingo 1 de diciembre, es el "Día Mundial de lucha contra el Sida", y para estar a tono con el mismo la Dirección General de Políticas de Juventud, dependiente de la Vicejefe de Gobierno de la ciudad autónoma de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, ha lanzado una iniciativa denominada "Chau tabú". 

La web de esta iniciativa luciferina aduce ser “un sitio para jóvenes con información sobre salud sexual y reproductiva, para que disfruten de su sexualidad de forma segura y responsable”.

En dicha web se encuentran: 
  1. Historias contadas en primera persona donde supuestos adolescentes narran por ejemplo que se acostumbraron a poner una alarma para recordar que tenían que tomar la píldora  o que tras una relación sin preservativo toman la pastilla del día después.
  2. Un test para que lo propios jóvenes evalúen, a través de preguntas, cuánto saben “sobre sexualidad y salud”. 
  3. Un lugar para comparar métodos anticonceptivos, donde cualquiera resulta mejor que los métodos naturales ya que: “afectan la espontaneidad de las relaciones sexuales”, tienen “baja” eficacia y no protegen  de las infecciones de transmisión sexual. 
  4. Un consultorio online  para que los adolescentes puedan hacer consultas. 
  5. Y un lugar con información que anticipa las respuestas que se pueden recibir en el consultorio on line. 



De esas preguntas y respuestas, les consigno sólo unas pocas tan solamente para que Uds. puedan discernir que tipo de espíritu inspira esta iniciativa:

¿Está mal tener sexo anal?

No, es una práctica sexual sana. (¿?)

¿Está mal que me guste una persona de mi mismo sexo?

No. No hay nada malo en que te guste una persona del mismo sexo ni en dudar de tu orientación sexual. (¿?)

¿Hace mal masturbarse?

No. De hecho, hace bien, ya que es una práctica sana y placentera que practican todas las personas (aunque a muchos les cueste admitirlo) y que ayuda a que cada uno conozca su propio cuerpo. (¿?)

Mirar películas pornográficas ¿está mal?

Es normal que, tanto a hombres como a mujeres, nos de curiosidad o interés mirar películas eróticas o pornográficas. (¿?)

¿Es malo sentir que mi sexo biológico no corresponde con mi identidad de género?

No, no es malo para nada. En ese caso sos una chica o un chico trans. Lo importante es que si querés recurrir a un tratamiento hormonal lo hables con un profesional de la salud de tu confianza. (¿?)

¿Cómo me protejo en el sexo oral?

Hay que colocar el preservativo en el pene, en el caso de que se le practique a un varón, o crear un campo de látex para la vagina o el ano. Para esto, abrí el preservativo con las manos (sin usar los dientes ni algún elemento cortante para no romperlo) y desenrollalo totalmente. Retirá la argolla de la base del preservativo clavando las uñas o los dedos. Nuevamente, clavándole las uñas, lo abrimos a lo largo. De esta manera, nos queda un rectángulo de látex que se coloca sobre el área que deseas estimular con la boca, ya sea el ano o la vagina. (¿?)

Y todo esto nos conduce a esto: (¿?)

Los más espantoso de todo esto es que además las explicaciones cuentan además con videos ilustrativos.

Como la iniciativa del Gobierno de la Ciudad -que acompañan la Fundación Huésped y la FALGBT, Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans- apunta a los adolescentes, la misma utiliza todas las herramientas a las que ese segmento de la población acude. Por ello, los conduce a colocar "ME GUSTA" en la red social de Facebook (https://www.facebook.com/ChauTabuBA) y en twiter (#ChauTabu).

La iniciativa "Chau Tabú" hace su lanzamiento oficial con un recital gratuito de la banda Agapornis que tendrá lugar el 1 de diciembre a las 19 hs en el Planetario.

NOTA PROFÉTICA:

No cabe duda alguna que los aires de esta ciudad ya no son tan buenos cómo su nombre pretende. Por el contrario, los aires espirituales se han infectado con el mismo espíritu que se describe en el libro de Génesis cap. 1 verso 2. El caos que cubre las mentes de los porteños está ocasionando que se escuche el clamor de los escogidos que allí claman al Cielo como lo hiciera Lot cuando habitaba en Sodoma. Y el Eterno será propicio de ellos. Y la ciudad será visitada por huestes celestiales de juicio. Entonces será el lloro y el crujir de dientes de muchos habitantes bonaerenses que correrán a doblar sus rodillas a fin de convertir sus corazones a YHVH Todopoderoso.

Desde instancias como esta se sigue promoviendo la existencia de un sinnúmero de verdades relativas, que configuran afirmaciones particulares, todas ellas verdaderas para quienes las sostienen, y que permitirían consensuar a la postre, decisiones que vulneran la dignidad de la persona humana. 

El pretender la aceptación masiva de lo malo dentro de unos supuestos parámetros establecidos, para ciertas entidades, quizás funcione, ya que llena algunas de sus expectativas, mas para la inmensa mayoría de las personas, la realidad es que no es así. Este planteamiento de una “moral relativa” a la que los gobiernos modernos apuntan no es otra cosa que lo mismo que el profeta Isaías denunciara: 

“¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” 

(Isaías 5: 20)

Ante este panorama de locura y en el reinado de la sinrazón, además de implorar al Eterno Dios para que ponga su mano, hemos de proclamar abiertamente la verdad originaria del matrimonio, de la familia, y de la vida, resaltando los errores que buscan mellar, por rumbos equivocados, a las conciencias desprevenidas, anticipándonos a las campañas de lavado de cerebros que se presentan en los distintos ámbitos de la vida.

Los argentinos que leen este blog, no deben olvidar que desde el año 2010 el Eterno Abba me viene usando para anunciar cómo su Amor eterno está provocando a esta ciudad, y a la provincia homónima que la rodea, a volverse a su Instrucción. Estos juicios los está manifestando con lluvias destructivas. No nos extrañemos pues que en esta semana seamos testigos de fuertes tornados en zonas de la provincia de Buenos Aires, ya que esto sucederá hasta que todos los habitantes de dicho territorio se doblen buscando el rostro del Verdadero Dios (sugiero leer la bitácora: Buenos Aires bajo el diluvio de la Justicia)

Cada argentino debe volver a los fundamentos que sostienen la vida y el destino de los pueblos. No se puede continuar engañados por la moralina relativista de los pocos impíos que hoy gobiernan. Aún hay valores absolutos que defender. El ser íntegro y con convicción no ha pasado de moda. Recordemos que hay puntos que no son ni serán negociables.